Aceros inoxidables
El acero inoxidable es una aleación de hierro con un mínimo de 10.5% de cromo, lo que le confiere una excelente resistencia a la corrosión.
Se puede clasificar en tres tipos principales según su estructura cristalina y sus propiedades:
Austenítico
El acero inoxidable austenítico es el tipo más común y versátil. Tiene una estructura cristalina austenítica a temperatura ambiente y es no magnético. Contiene altos niveles de cromo y níquel, lo que le confiere una excelente resistencia a la corrosión, así como una buena resistencia a la oxidación y la deformación a altas temperaturas. Este tipo de acero inoxidable es ampliamente utilizado en aplicaciones que requieren resistencia a la corrosión, como la fabricación de utensilios de cocina, equipos médicos, recipientes para la industria química y aplicaciones arquitectónicas.
Ferrítico
El acero inoxidable ferrítico tiene una estructura cristalina predominantemente ferrítica y es magnético. Contiene altos niveles de cromo, pero cantidades más bajas de níquel que el acero austenítico. Tiene una buena resistencia a la corrosión, especialmente en ambientes de baja concentración de cloruros. Se utiliza en aplicaciones donde la resistencia a la corrosión es importante pero no se requiere una resistencia tan alta como la del acero austenítico, como en la fabricación de fregaderos, componentes automotrices y aplicaciones arquitectónicas.
Martensítico
El acero inoxidable martensítico tiene una estructura cristalina martensítica y es magnético. Tiene niveles más altos de carbono que los aceros austeníticos y ferríticos, lo que le confiere una mayor dureza y resistencia, pero una menor resistencia a la corrosión. Se utiliza principalmente en aplicaciones que requieren alta resistencia mecánica y dureza, como en cuchillos, herramientas, ejes de transmisión y componentes de válvulas.
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